Las percepciones negativas hacia los partidos políticos, reflejadas en la encuesta que publicamos la semana pasada en Diario El Mundo y que ya había sido mencionada por otros medios, debería de llamar a la reflexión a los dirigentes políticos y buscar también, cómo corregir su rumbo.
Da la impresión que el desprestigo de los partidos políticos ha sido la causante de una cada vez mayor abstención electoral, la gente se vuelve apática y hace comentarios como que “todos son la misma cosa”. Entonces los votantes se proclaman cada vez más independientes y apolíticos, apartidistas.
Es llamativo que no solo el Gobierno y el FMLN son calificados negativamente, sino la misma oposición arenera y el resto de partidos pequeños representados en la Asamblea Legislativa.
La clase política tiene una crisis profunda de credibilidad, muchos de sus dirigentes han estado en medio de escándalos de corrupción o cuestionados por su comportamiento público. Lejos de corregir esos comportamientos, los dirigentes políticos muchas veces se justifican y protegen entre sí, algo que decepciona profundamente a la población que se impacienta ante la falta de cambios.
Vienen dos largos años electorales y si los partidos no quieren hundir aún más a nuestro sistema democrático, deberían analizar su situación actual y buscar cómo enderezarse.