En estos días, el Viceministerio de Transporte (VMT) ha empezado a implementar un plan denominado “Cero Tolerancia”, con el que buscan aplicar la Ley de Tránsito como se debe e imponer multas a aquellos que las violan impunemente.
Aunque la Policía de Tránsito y el VMT tienen mucha responsabilidad en el control del tráfico, son los mismos conductores los mayores responsables del atropello y violencia al volante. Son los conductores los únicos que manejando responsable y cordialmente pueden cambiar esta situación.
Al Gobierno le corresponde buscar un cambio de actitud entre los conductores, pero también rellenar de policías motorizados los caminos de El Salvador, que se autofinancien con multas mínimas, pero abundantes por conducir agresivamente y parquear donde no corresponde, de manera que generen fondos para otros proyectos y que eduquen a punta de multas a la población en un manejo decente, cordial y seguro.
Es la hora de arreglar el tránsito. Es hora que la PNC y los gestores de tránsito mejoren la fluidez vehicular y terminemos con el caos, pero también es hora que los ciudadanos abandonen ese estilo agresivo y desconsiderado de conducir, que nos causa tanto estrés, tanto tiempo perdido y tantas pérdidas económicas.