Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desnuda los terribles costos de la violencia e inseguridad que sufrimos en El Salvador. La cifra total estimada, para 2014, fue de $3,134 millones, es decir, un 6.16 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Para que dimensionemos esa cifra, eso es más de tres veces lo que el Estado gasta en Educación, más de cinco veces de lo que gasta en Salud y más de ocho veces de lo que se invierte en Seguridad Pública. Simplemente una catástrofe.
Como porcentaje de la producción nacional, el costo del crimen calculado para El Salvador fue el segundo más alto entre los 17 países de América Latina y el Caribe que analiza el estudio del organismo internacional, y solo le superó Honduras, con 6.51 % del PIB.
En términos nominales, El Salvador muestra el octavo costo más alto, y en el área centroamericana es superado por Guatemala, que reportó pérdidas por $3,628 millones. Honduras se ubica debajo del cálculo salvadoreño, con $2,551 millones.
Tenemos un profundo problema de inseguridad que nos trae enormes costos y de ahí la necesidad de acabar con este flagelo, de manera contundente, inteligente y bajo el imperio de la ley y el orden.