Si los partidos lucen tan desprestigiados, el país dividido, con una capital gobernada con nepotismo puro, con un gobernante que no duerme por temor a un “golpe de Estado suave”, con las finanzas a punto de quebrar, con el principal partido opositor auto-serruchándose el piso y con un bipartidismo enfrascado en llevar agua a su propio molino ¿Por qué la movilización cívico-social no se percibe ni tiene ninguna incidencia? Veamos algunos aspectos que pudieran estar influyendo.

1º) Cansancio. No es poca cosa que los salvadoreños hayamos tenido que soportar una cruenta guerra de doce años, que bien no había finalizado cuando ya tenía montada otra guerra, esta vez generada por la actual criminalidad común y organizada.

2) Acomodamiento. El país experimenta un crecimiento en su clase media, con ello ha aumentado también el individualismo y consumismo masivo. En el estilo de vida de esa clase media pesa lo banal, lo superfluo, la imagen, el apego por lo material y la comodidad. El problema en esto es que para esa clase Importa más el bienestar propio que el de la comunidad, municipio, departamento o país. La solidaridad es inexistente y la insensibilidad hacia lo político hace que la mediocridad y corruptela generalizada se mantengan impunes.

3) Resistencia. Como consecuencia, muchos no quieren dejar su zona de confort, a la que han ingresado por su rol como nuevos burócratas, arribistas y activistas partidarios de izquierda, que medran del sector público. Así fue antes con las derechas, así es ahora con las izquierdas.

4) Frágiles liderazgos. Son pocos quienes critican con fundamento e independencia y proponen constructivamente. Otros lo hacen con plumas pagadas, discursos fanatizados o con el deseo de sobresalir. Para estos últimos, la patria vale menos que un comino.

5) Medios de comunicación. Ante el acomodamiento y falta de nuevos liderazgos, algunos medios desempeñan el rol que debería ejercer una oposición política sensata.

6) Nuevos movimientos cívico- sociales. Efectivamente surgen, pero son como “cohetillos soplados”, sin futuro, sin liderazgo, sin unidad.

Podríamos agregar que la inseguridad en las calles, la frágil cultura política, los afanes por el diario vivir y por llevar el sustento a nuestras casas, también coadyuvan a que en los movimientos cívico-sociales no se perciba interés ni se tome en serio la unidad en su organización, conducción, estrategias y objetivos (a lo mejor piensan que eso les haría perder su identidad). El problema es que si los movimientos cívico- sociales no se unen en un solo y amplio Frente, los partidos políticos jamás sentirán una presión contundente que los obligue a renovarse. Sin unidad, los movimientos cívico-sociales no tienen futuro, aunque adopten nombres bonitos como “Aliados por la Democracia” (que hoy fuera un poderoso partido político si hubiese reformulado con pragmatismo su filosofía fundacional) o con rimbombantes denominaciones como “Democracia Limpia” o “Poder Ciudadano”. Hasta ahí no más. Sin pena, pero tampoco sin gloria.

La dispersión de los movimientos cívico - sociales favorece a la izquierda, a la que no le convendría llegar a un evento electoral con un frente social opositor amplio y sólido. (Por cierto, de ahí la necesidad de lavarse la cara y acercarse a la ANEP con el falso diálogo, conscientes del abismo que separa al socialismo del FMLN del rígido capitalismo de la derecha.)

Mis reflexiones finales: 1º) Si no se corrige la dispersión que se percibe en los movimientos cívico-sociales hasta ahora conocidos, su existencia será efímera, sin incidencia.

2º) La atomización de los movimientos cívico- sociales favorece al bipartidismo (ARENA-FMLN) por tanto, fortalece la partidocracia.

3º) Sin coordinación, unidad de mando y objetivos comunes, los movimientos cívico sociales no generarán aportes o propuestas integrales, tampoco una presión sociopolítica correctiva al sistema de partidos, para que enrumben su actuación en dirección al país libre y democrático que todos queremos.

4º) La creación de un Frente Unido Democrático, crítico y altamente propositivo, es una urgencia de Nación.